Biografía

Mis maestros fueron los pintores Amadeo Roca y José Espert.

Licenciado en Bellas Artes, especialidad: Pintura . Estudié en La Facultad de Bellas Artes de Madrid y en la facultad de Bellas Artes de Sevilla.

En octubre de 1985 y hasta finales de Junio de 1986 viví en Florencia y pinté allí y viajé por toda Italia.

Moreaga-de-Icaza

Nací el 9 del 9 de 1959. En Moreaga de Icaza , Berango, Vizcaya, la casa de mi familia materna. Como se ve en la fecha de nacimiento, el 9 parece ser mi número. Número del ermitaño:   Personaje que aparece con un candil en la mano para alumbrar al peregrino que pasa por el camino y necesita luz… Pintar al ser humano. Esa era y es mi vocación. Por ello , desde antes de acabar estudios, el retrato ya se hizo una realidad en mi vida de pintor. Hacer el retrato de alguien es salvarle de su propia oscuridad, ( alumbrar al peregrino que pasa por el estudio del pintor)... Poner al retratado en su propia gloria, es esa suerte de revelación la que concede la pintura.

Cuando le pidieron a Balthus una nota autobiográfica para el catálogo de una exposición, el contestó:  "Balthus es un pintor del que no se sabe nada. Ahora miremos sus cuadros”

En la biografía que James Lord hizo de Balthus, reflejó muy bien ese enigma del artista que necesita notoriedad y que expone al público su mundo y su intimidad... para , a la vez, preservar misteriosamente su privacidad. No por casualidad, la primera página de mi libro “Grietas, Apuntes de un pintor”, se titula “Comercio” y empieza así:”Debe de ser triste comerciar con el propio cuerpo, pero también es extraño ofertar el ser que llevamos dentro. Conmociona verse colgado en las paredes de una galería, a la intemperie, exponiendo tu propio nombre y hacerlo con una etiqueta sellando el precio. Salir a la calle en venta: oficios lúdicos o tristes, según se mire, oficios inseparables de uno mismo, alma y cuerpo, oficios que sobrarían si nos diéramos transparentes, si todo fuera equilibrio. La sabiduría es silencio o emoción librada al instante”.

La realidad de mi pintura es que El Retrato ha suavizado estos dilemas, estas aparentes contradicciones. Me encargan un retrato y yo lo pinto. Bendita sencillez. En cualquier caso el canto del pájaro existe, lo escuche alguien o se de en el silencio del bosque.

Nada más bello que la geografía del rostro humano iluminado, el alma que aparece entre la luz y la sombra. No estamos pintando la belleza y el movimiento de una nube o de un cielo, estamos pintando el misterio, también en movimiento, del ser más cercano. Así que he pintado a mis hijos o a la mujer que está conmigo, y al amigo íntimo. Y también a la familia Real o a los ministros o a La Presidenta del Senado; A presidentes de Bancos o de empresas. O retratos particulares y familiares. Treinta años pintando dan para muchos rostros, muchas manos, mucha pintura.

No importan tanto los uniformes o los títulos. Importan las miradas. Ahora miremos los cuadros.